
Igualmente muchas veces me pregunto: ¿Se puede vivir sin pasado? Es una pregunta que naufraga siempre en mi cabeza, mi mente se transforma en un océano de respuestas que me llevan a la nada, sin saber que yo mismo puedo crear un pasado perfecto que esté conectado directamente con el presente ¿Cómo puedo lograr eso? No lo sé, sino todo me resultaría mucho más fácil de lo que yo pienso y escaparía de esos fantasmas del pasado. Los recuerdos son las grandes contradicciones del ser humano, un recuerdo te puede entristecer una mañana, pero a su vez un recuerdo te puede alegrar el día, te puede hacer reir y llorar, te podés abrazar a un recuerdo o, sin darte cuenta, lo podés dejar escapar. Sin embargo, para que algo perdure en el tiempo y no quede en el olvido, tiene que estar en constante cambio, por eso es que solo podemos recordar todo aquello que nos cambió la vida, por más insignificante que sea, lo pequeño a veces resulta ser más revelador en nuestra vida.
Finalmente, de tanto revolver en mi memoria, pude encontrar un recuerdo. Pude recordar donde dejé ese papel que había perdido, lo busqué y estaba en el mismo lugar. Cuando lo abrí para ver que había escrito, decía todo esto que estoy escribiendo ahora, como si todos mis días empezaran de cero y recurra a este papel para saber quien soy.