EL MUNDO DE LA IMAGINACIÓN ES MÁS GRANDE QUE EL MUNDO REAL

miércoles, 25 de noviembre de 2009

UN PAIS INCREIBLE


Vos podés ser el espejo de los que no encuentran la salida y abrir nuevos caminos hacia lugares donde no haya diferencia. A través de tus ojos podés ver y decir tantas cosas, y sin embargo siempre hay alguien que está dispuesto a echar todo a perder. Aquellos que quieren bajarte el autoestima serán solo una gota en este enorme río donde todos y cada uno de nosotros estamos hundidos y las redes van a querer atraparte para no dejarte escapar nunca más, pero a pesar de todo y gracias al maestro interior que nos ilumina, vamos a ser capaces de encontrar la salida. Una vez libres, solo buscamos deshechizarnos de todo lo absorbido, de todo lo malo, para que otra vez podamos sentir esa sensación de pureza a la que tanto estabamos acostumbrados cuando eramos niños. Seremos unos cuantos infantes rodeados de parques de diversiones y no habrá manera de que no reine la felicidad y la armonía, en este nuevo país de maravillas que volvió a resurgir.
La primera impresión que me dejó este país fue algo extraña, no pensé poder sobrevivir en un lugar donde a la vista todo es increible y a los ojos del corazón, mucho menos creible. No hace falta haber vivido miles de años en este lugar para darse cuenta de que acá hay cosas que no funcionan del todo bien, por eso presto mucha atención a todo lo que me rodea, a cada detalle y a cada una de las personas que lo habitan. A lo lejos veo centenares de señores de traje que van caminando rumbo a sus autos importados de último modelo, todo es reluciente, tal como lo había visto ayer en la televisión. Hago unos cuantos pasos más y veo gente durmiendo en las calles, eso me causó un impacto muy fuerte, hasta el momento era algo totalmente desconocido para mi, que vine hasta acá con la idea de que este era el país de las maravillas, por algo sospechaba que las cosas no funcionaban bien. La impotencia que me generó ver la desigualdad en persona fue lo que más me golpeó, y lo peor de todo es que, no solo vi la desigualdad, sino que también vi la mentira. Por suerte, de todo se aprende, y la primera enseñanza que me dejó este país fue que las apariencias engañan, y que no tiene nada de maravilloso encontrarse, en un mismo lugar, con gente que lo tiene todo y gente que no tiene nada. Exigí que alguien me diga la verdad pero todos hicieron oidos sordos, nadie me quiso explicar lo que había visto. Encendí la televivión y seguían mostrando una brillante mañana de sol, no aguanté más esa fábrica de mentiras y la rompí contra la pared. Me acusaron de loco y no me salió ni una sola palabra para defenderme, por esta vez prefería el silencio. Salí a caminar y en la esquina un nene de aproximadamente diez años con un cuchillo en la mano me quiso robar, yo no entendía nada, esto no era lo que quería, me pregunté ¿Dónde estoy viviendo?, nadie me supo responder. En la proxima esquina había otro nene revolviendo la basura, juntando cartones.




BASTA!!!



El país de las maravillas se convirtió en un país increible...