EL MUNDO DE LA IMAGINACIÓN ES MÁS GRANDE QUE EL MUNDO REAL

miércoles, 28 de julio de 2010

TODO AQUELLO QUE DAMOS
Todo aquello que damos va cambiando de forma, va mutando a lo largo del tiempo, como una suerte de metamorfosis, que termina siendo todo aquello que recibimos. Sin darnos cuenta vemos pasar por delante de nuestros ojos miles de oportunidades que se presentan solo una vez en la vida y las dejamos pasar, nos parecen intocables, al tomarlas nos sentiríamos vulnerables viendo que ya no seríamos dueños de nuestros actos cuando la otra parte nuestra se adueñe del control tomando decisiones por nosotros mismos, no seríamos libres. Lo que damos, por más ínfimo que sea vuelve a su lugar inicial, quizás no lo recibamos de la forma que lo esperamos, por eso lo mejor no es esperar la forma sino quien será el indicado para devolverte todo eso que alguna vez te perteneció.
Resignamos muchas cosas cuando concentramos nuestra mirada en un punto fijo, sin ver alrededor, ni percibir lo positivo que te está esperando lejos de ese punto que te hipnotiza y no te deja mover para alcanzar de una buena vez por todas, la tan deseada felicidad. Algunos dirán que no existe, otros tendrán una concepción un tanto errónea de su significado, la ambigüedad siempre se encuentra presente en estos casos y marca una confusa idealización de lo que realmente es. Sin embargo todos la buscamos, no sabemos donde está, no sabemos si hay un método para ser felices, algunos la pueden tener al alcance de su mano, otros muy desorientados viven en un mundo paralelo y no la pueden encontrar, pero está, no se puede ver ni tocar.
Todo eso que alguna vez dimos se va a convertir en un momento grato, en una sonrisa que no esperábamos, en un abrazo que nos devuelva la alegría, en un beso que nos sorprenda y en tantas otras cosas que al fin nos llevarán hacia el camino que debemos transitar. Por momentos sentimos que no tenemos nada para dar, nos convertimos en un ser introspectivo y nos negamos hasta a nosotros mismos, y en otras ocasiones nos cansamos de guardar todo eso que espera salir. El equilibrio entre un momento y el otro nos da como resultado, lo que somos, lo que fuimos y lo que queremos ser. Cuando encontremos ese equilibrio que nos permite no dar de más y no dar de menos, estaremos viviendo los días más felices de nuestra vida.
El que no da no recibe y el que da va a tener una vida llena de buenos momentos que finalmente lo llevarán a la felicidad. Todo aquello que recibimos es la cuenta exacta de todo aquello que damos.

lunes, 19 de julio de 2010

EL HOMBRE QUE APRENDIÓ A EXTRAÑAR
Me costó darme cuenta que los silencios también son parte de la vida, hasta me atrevo a decir que a veces son la pieza fundamental de toda una gran estructura que venimos forjando a lo largo de ella. Me costó darme cuenta que la distancia también nos hace bien y que es la verdadera razón de porqué hoy estamos tan unidos. También me costó darme cuenta de que las personas podemos tener sentimientos encontrados y quizás no respondamos por nuestros actos cuando estamos desesperados y no sabemos para donde ir. Todo eso que me costó darme cuenta, fue por el simple o complicado hecho de querer entender a los demás, cuando ni siquiera el otro se entendía a sí mismo y ni yo me entendía a mi.
En aquel momento, sentíamos que lo más fácil era juzgar al otro por lo que no da y por lo que no hace, y no valorar lo que se demuestra con tanto esfuerzo aunque nos cueste. Había mucho por cambiar, el poder del orgullo era más fuerte que todo y nadie esperaba la mano del otro para encontrar la solución que tardaba en llegar. Lo más fácil era cubrirse con una armadura de metal, para no dar a conocer su corazón y no dejar que alguien busque asilo en él, aun así queriendo corromper esta armadura ninguno consiguió su objetivo. Lo más difícil de todo fue aceptar los silencios, la distancia y los sentimientos encontrados, esto no estaba en los planes de nadie, y si bien nos sentíamos rehenes del reloj al ver lo lento que pasaban los minutos, fuimos dando paso a horas inolvidables que van a durar hasta la eternidad.
Después de vivir esos días felices no quise entender más nada, solo me empeñaba en dejarme llevar y escuchar detenidamente el sonido de mis pasos. Quería caminar hacia un lugar donde no haya nadie y al fin lo conseguí, un lugar que logré llegar muy pocas veces en mi vida, pero finalmente estaba ahí, y ella a mi lado marcándome el camino. Hubo una enorme necesidad de volver a estar en ese sitio donde las palabras se volvieron actos y los actos se transformaron en bienestar, pero esta vez busqué a mi lado y no había nadie. Todavía no pude volver a estar ahí, pero al menos, aunque me costó, me di cuenta de algunas cosas que antes me parecían absurdas.


Mientras pensaba en ella, el espejo puso en frente mío al hombre que aprendió a extrañar…

domingo, 11 de julio de 2010

¿YO SERÍA CAPAZ?
Siempre resuena tediosamente en mi cabeza una pregunta que me ha quitado el sueño varias noches seguidas. Esa pregunta es si yo sería capaz de…¿? Si me escudo con mis pensamientos podría decir que si, aunque entre en una contradicción con mis actos. Por suerte hoy logré darme cuenta que ya no soy aquel que solía tomar decisiones apresuradas, algo cambió, un amigo pensante se sentó al lado mío y me dijo que no todo era como yo lo imaginaba, abrió mis ojos. Pensándolo bien, no sé si sería capaz, pero quizás si pongo lo mejor de mí voy a alcanzar resultados positivos ante cualquier situación que se me presente.
Nunca me esmeré para que la gente tenga una buena imagen de mi persona y no sé si sería capaz de hacerlo. Tampoco puse todo mi esfuerzo para ser un buen alumno en la escuela y no puedo culparme por no querer ser ese que alguna vez quisiste que sea. Pero no todo lo que se ve es lo que soy, siempre hay algo detrás de los ojos y no se puede percibir fácilmente, la mirada tiene que ir más allá. Esa mala costumbre de ocultar hace que se cree una imagen paralela a la real, que alimentada de estereotipos forman una combinación que, en todos los casos, desfavorece.
No puedo encontrar la manera de construir una imagen, no me sale actuar, aunque en más de una ocasión tuve que hacerlo para alejarme de lo que probablemente me hubiese dejado sin aire, el temor siempre estuvo y no creo que me abandone por ahora, no es bueno desconfiar hasta de mi propia sombra pero es lo que me sale, no quiero ser un personaje y tampoco sé si sería capaz de serlo.
Recuerdo que una vez alguien me dijo que siempre hay un momento para todo, hasta el día de hoy llevo esa frase en mi espalda, pero es algo que estuvo ahí grabado y guardado por mucho tiempo, no me animaba a entender, me llevó años darme cuenta de la dimensión que iba a tomar en mi vida algo que parecía tan insignificante, pensaba que eran solo un par de palabras. Fue ahí que se me aclararon algunas cosas sobre las que dudaba insistentemente, aunque no me den la seguridad de saber si soy capaz de mantenerme en este estado de tranquilidad absoluta.
El mensaje es muy llano, no tengo laberintos que cruzar, y aunque a veces yo piense que no soy capaz de nada, a su vez puedo ser capaz de todo.
Sos bienvenida, las puertas de la casa están abiertas, es hora de saber si sos capaz de darte cuenta quién soy.

miércoles, 7 de julio de 2010

SIN ESPERAR NADA A CAMBIO
Tuve una sensación equívoca, las ganas de decir y el deseo de escuchar esta vez fueron el detonante, algo tenía que estallar. No quise estar en guerra con mis impulsos, tampoco quise detenerme a pensar y mucho menos seguir un camino que no me identifica, aunque sean innumerables las veces que elegí un camino minado de equivocaciones por temor a la derrota, al fracaso. Si dejé que mis palabras vuelen alto fue porque no quería seguir transitando por ese empedrado lleno de mentiras a mi mismo.
No pude estar en el momento oportuno para decir y hacer lo que tenía que hacer, siempre tan inoportuno, nunca estoy donde tengo que estar. Las oportunidades se presentan y uno elige como actuar cuando desde lejos las ve venir pero cuando se les vienen encima pierde todo poder de decisión.
Hay otros factores muy determinantes que van a hacer de algo simple, lo más complicado que se nos puede presentar.
Todo lo que pueda salir de mi se transforma inevitablemente en una locura, no es una casualidad que todo lo que encuentre sean solamente preguntas, dudas y demás cosas que no aclaran para nada mis pensamientos. Todo es extraño, no existe un guión, las rarezas son protagonistas de la historia, pero no hay mejor remedio que dejarla correr.
El tiempo corre y es en vano volver hacia atrás para reafirmar las cosas del presente, también resulta inútil acelerarlo y pensar en cosas que no son, que no están más que en los planes de cada uno y de nada sirve frenarlo, hay que dejarlo correr para ver como sucede todo en tiempo y forma. Hoy el tiempo me enseñó a no esperar, a recordar lo positivo, lo bueno, a dejar atrás aquellas cosas sin sentido y a vivir plenamente el presente, despojándome de lo que no me sirve y también me enseño a proyectar sin pensar en un futuro ideal, vivir cada paso como si fuera el último, pero ya me ves, hoy desperté y estoy con la tranquilidad de que tengo mucho por hacer y decir, sin esperar nada a cambio.